Un inquieto coleccionista de la saga 'Alien' está construyendo su propio museo en Barcelona dedicado al fenómeno cinematográfico que inició Ridley Scott con Sigourney Weaver a finales de los años 70
Se empieza alimentando una pasión enfebrecida por una película y se acaba montando un museo. Así lo vive Luis Nostromo, cuyo alias lo dice todo, aludiendo a la nave emblemática de 'Alien', filme que adora y al que rinde pleitesía con una insaciable alma de coleccionista que ha derivado en un museo que va creciendo en el corazón de un barrio de Barcelona. Fascinado por toda la saga cinematográfica y lo que ha significado en la historia del cine en general y la ciencia-ficción en particular, fiel devoto de la criatura alienígena diseñada por H. R. Giger, decidió un buen día ampliar su afición más allá de las paredes de su casa cuando se quedó sin espacio para guardar sus cosas en la vivienda familiar. «Decidí entonces llevarme todo a un lugar con más espacio», relata con entusiasmo. «Poco a poco me dí cuenta de que con simples estanterías no luciría el material y pensé que sería una buena idea que estuvieran en decorados inmersivos, como si estuvieras dentro de las propias películas». Encontró el local adecuado -cerca de 70 metros cuadrados, aunque el sitio ya se le queda pequeño-, y se puso manos a la obra con la ayuda de un colega. «Llevo más de 3 años construyéndolo y creo que me hará falta un año más», cuenta. «Primero decidí cuántos metros ocuparía cada película y dividí los espacios, hice bocetos de lo que quería construir y me puse a ello». El resultado, que atiende a visitas concertadas por anticipado, es espectacular. Se nota en cada detalle el mimo con el cual está creciendo la exposición, donde se pueden encontrar sets de las populares películas, fotografías de rodaje, storyboards, vestimenta y elementos de atrezzo originales, réplicas perfectas de armas, imágenes de los actores con sus correspondientes firmas, maquetas y figuras espectaculares.
El Museo Alien, situado en el barrio de Navas, consta de cuatro espacios diferenciados, correspondientes a los cuatro primeros títulos de la conocida saga audiovisual. Al levantar la persiana del local, el visitante inquieto penetra en las tripas de la nave Nostromo y puede observar a un ejemplar de facehugger bajo un microscopio. Hay más elementos icónicos de 'Alien' por toda la primera sala, construida de manera impecable, con algunos secretos que es mejor no desvelar para un mayor deleite como espectador virgen. Al entrar en las diferentes habitaciones, a veces por puertas inesperadas, la sensación se asemeja a penetrar en un escape room, formato de moda, sin juegos ni jeroglíficos, aunque está permitido hacerse selfies en puntos de referencia. La labor de documentación para la construcción milimétrica del museo ha sido ardua. Luis ha tenido que dar al pause más de una vez visionando las películas «para hacer fotos de algunas escenas». También ha utilizado imágenes de detrás de las cámaras y de algunos libros esenciales. «Me fijé, por ejemplo, a qué altura quedaban las pantallas del laboratorio de Ash teniendo en cuenta cuanto medía el actor Ian Holm y dónde llegaba su cabeza en las fotos». Las piezas de coleccionista, algunas míticas, las ha conseguido en foros de compra venta, en webs especializadas y en subastas.
Por supuesto, Luis Nostromo ya ha visitado en dos ocasiones el museo dedicado a la obra de Giger en Gruyères (Suiza), una cita obligada para todo seguidor de 'Alien'. «Es un sitio especial», relata. «La segunda vez fui a la celebración del 20 aniversario de la película, invitado por una expareja de Giger. Me contó muchas cosas sobre él y su obra». Recomendamos, aprovechando la circunstancia, 'Dark Star: El universo de H.R. Giger ', un documental indispensable para conocer mejor al creador de uno de los grandes iconos del cine fantástico moderno. En la segunda entrega, 'Aliens', la presencia de tan letal especie, el dragón espacial, se multiplicó por mucho. En el Museo Alien podemos convertirnos por un rato en un marine y enfrentarnos a la Reina Alien. Algunas generaciones no paramos de comprar objetos de culto que nos recuerdan a las cintas que veíamos de niños. Alimentamos la nostalgia. «Así mantenemos viva la memoria de esas películas», afirma el alma máter del espacio objeto de estas líneas. «De algún modo, hacemos que las nuevas generaciones sigan conociendo e interesándose por películas como 'Alien', por eso sigue habiendo merchandising de ellas». En su deseo de ampliar la colección, Luis sueña con conseguir algún día la maqueta original de la nave Nostromo que se empleó en el filme: «Hay muchas cosas que me gustaría tener, pero si tuviera sitio y dinero, sin duda la Nostromo. Mide tres metros de larga y hace poco se subastó y quedó sin vender porque ninguna puja llegó a los 300.000 € que se pedían. A ver si me toca la lotería y me la llevo la próxima vez».
«Si tuviera mucho dinero haría la Nostromo entera, escaleras arriba y abajo incluidas», remarca Luis, que no tiene problema alguno en emplear el tiempo que haga falta en construir su sueño. ¿Qué tipo de público visita el museo? «De todas las edades», responde. «Gente que vio Alien en el cine, algunos ya jubilados, gente de mi generación que la vio siendo un crío… Y me ha sorprendido cuantos niños de 10-12 años vienen sabiéndose la peli de memoria, y todos los personajes. Imagino que los padres tendrán mucho que ver en ello, pero es bonito». Lo es, y no hay ningún lugar similar en todo el planeta Tierra. «No, que yo sepa. Hay muchos coleccionistas y algunos con más cosas que yo, sin duda, pero no se de nadie que haya reproducido decorados de la película». Luis se ilusiona con la posibilidad de que visite la muestra gente que admira, relevante para la franquicia: Ridley Scott, Sigourney Weaver, James Cameron, algunos actores de las películas... Es fácil buscarlo en las redes sociales, la manera ideal de contactar para una reserva. Hay turistas foráneos que visitan Barcelona y lo primero que hacen al pisar la ciudad es tocar la puerta del Museo Alien. «Me escribió por Instagram un chico de Reino Unido para felicitarme porque su padre trabajó en los sets originales de Alien, y éste le decía que lo que yo había hecho estaba muy bien. Ambos planean venir, me dicen...». De algún modo, el espíritu de Ripley ha estado ya en la réplica de la nave. La actriz de doblaje María Luisa Solá, la voz de Sigourney Weaver en 'Alien', estuvo hace unos meses. «Vino y le hicimos una entrevista aquí. Pudo leer el informe final de Ripley y a los presentes nos puso la piel de gallina». En el fidedigno espacio arquitectónico se han rodado ya spots y videoclips. El resto de entregas de la saga también cuentan con un hueco en el brutal templo. Auguramos que va a estar muy solicitado.
Borja Crespo
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