Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace pocos días me llegó un reporte de un avistamiento ovni en el conocido suburbio de Santa Ana, pues dos estudiantes que caminaban por ese tramo vieron un objeto volador no identificado que se desplazaba hacia el oriente, ya que -según narran- estaban sentados en una de las bancas del parque y vieron el objeto sobre la iglesia que se ubica enfrente.
Afirmaron que se trataba de una “nave casi redonda como si fuera una esfera de color metálico y pequeña. Eran como las 3 de la tarde cuando lo vimos; se desplazaba lentamente hacia el oriente”.
Y a pesar de que no dieron más detalles del ovni, recordé un caso justo en ese mismo sitio, pero en 1992, el cual causó incluso interés nacional, ya que fue publicado en la prestigiada revista “Contacto OVNI”, que en esa época era muy leída en todo el país y en ciudades de Estados Unidos y Centroamérica.
El reportaje fue escrito por el conocido investigador ovni a nivel nacional Luis Ramírez Reyes, quien ha escrito varios libros del tema, y señala que el reporte lo cubrió a raíz de una carta que le envió de Mérida el aficionado al tema Manuel Ricardo Rubio Fernández:
“La masa brillaba de extraña manera y se desplazaba irregularmente de sur a norte para quedar fija después de un determinado punto como si estuviera observando algo... El reporte de diferentes personas, que prefirieron el anonimato, se repitió a diversas horas de la noche. Y por su parte, la entonces Secretaría de Protección y Vialidad (hoy SSP) recibió informes relacionados con la misteriosa bola roja, enviando de inmediato un carropatrulla al suburbio de Santa Ana. Los oficiales constataron el avistamiento más tarde en la central policiaca”.
Cabe destacar que el titular de Gerencia Regional de los Servicios para la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano con sede en el aeropuerto local, Oscar Martínez del Cerro, declaró no tener registro de ningún objeto luminoso que manifestara movimientos irregulares ese día.
Asimismo, consideró improbable que algún avión pudiera efectuar maniobras triangulares como las que se reportaron del navío de referencia. De cualquier manera, no dudó que se hubiera observado tal fenómeno, al cual, junto con otros de su tipo, no se le ha podido encontrar una explicación científica. Agregó que, según la bitácora de vuelos de la torre de control, ninguna aeronave sobrevoló la ciudad de Mérida en ese momento.
Lo interesante del caso de Santa Ana es que el señor Plinio Arroyo logró tomar tres fotografías en donde se observa el ovni antes mencionado y la secuencia de cómo se va alejando; esto fue especialmente meritorio, pues recordemos que en ese año no existían las cámaras digitales ni mucho menos los teléfonos celulares, y por fortuna don Plinio tenía en el momento exacto y a la hora exacta su cámara de rollo y pudo obtener esa evidencia.
Tuvieron que transcurrir 22 años para que nuevamente en ese sitio se diera otro avistamiento, aunque ahora no hubo foto o video. Quizás el día menos pensado puedan aparecer de nuevo y ser captados por alguno de estos aparatos.
Fuente
MÉRIDA, Yuc.- Hace pocos días me llegó un reporte de un avistamiento ovni en el conocido suburbio de Santa Ana, pues dos estudiantes que caminaban por ese tramo vieron un objeto volador no identificado que se desplazaba hacia el oriente, ya que -según narran- estaban sentados en una de las bancas del parque y vieron el objeto sobre la iglesia que se ubica enfrente.
Afirmaron que se trataba de una “nave casi redonda como si fuera una esfera de color metálico y pequeña. Eran como las 3 de la tarde cuando lo vimos; se desplazaba lentamente hacia el oriente”.
Y a pesar de que no dieron más detalles del ovni, recordé un caso justo en ese mismo sitio, pero en 1992, el cual causó incluso interés nacional, ya que fue publicado en la prestigiada revista “Contacto OVNI”, que en esa época era muy leída en todo el país y en ciudades de Estados Unidos y Centroamérica.
El reportaje fue escrito por el conocido investigador ovni a nivel nacional Luis Ramírez Reyes, quien ha escrito varios libros del tema, y señala que el reporte lo cubrió a raíz de una carta que le envió de Mérida el aficionado al tema Manuel Ricardo Rubio Fernández:
Alarma entre los testigos
Y narra que fue el 11 de enero de 1992, cuando se vio en el cielo un objeto luminoso de color rojo que viajaba a placer por el rumbo de Santa Ana y se desplazó después hacia el sur de Mérida, a la altura del cementerio general, lo que provocó gran alarma entre los numerosos testigos.“La masa brillaba de extraña manera y se desplazaba irregularmente de sur a norte para quedar fija después de un determinado punto como si estuviera observando algo... El reporte de diferentes personas, que prefirieron el anonimato, se repitió a diversas horas de la noche. Y por su parte, la entonces Secretaría de Protección y Vialidad (hoy SSP) recibió informes relacionados con la misteriosa bola roja, enviando de inmediato un carropatrulla al suburbio de Santa Ana. Los oficiales constataron el avistamiento más tarde en la central policiaca”.
Cabe destacar que el titular de Gerencia Regional de los Servicios para la Navegación del Espacio Aéreo Mexicano con sede en el aeropuerto local, Oscar Martínez del Cerro, declaró no tener registro de ningún objeto luminoso que manifestara movimientos irregulares ese día.
Asimismo, consideró improbable que algún avión pudiera efectuar maniobras triangulares como las que se reportaron del navío de referencia. De cualquier manera, no dudó que se hubiera observado tal fenómeno, al cual, junto con otros de su tipo, no se le ha podido encontrar una explicación científica. Agregó que, según la bitácora de vuelos de la torre de control, ninguna aeronave sobrevoló la ciudad de Mérida en ese momento.
Grabados en césped
Por si fuera poco, al día siguiente se reportó en el puerto de Progreso que aparecieron enormes grabados circulares de cerca de diez metros de diámetro, en grandes extensiones de césped. También se pudieron apreciar tres circunferencias juntas y dos más diseminadas en áreas cercanas, aunque -claro está- no hubo una prueba contundente que relacionara esto con el avistamiento en Mérida.Lo interesante del caso de Santa Ana es que el señor Plinio Arroyo logró tomar tres fotografías en donde se observa el ovni antes mencionado y la secuencia de cómo se va alejando; esto fue especialmente meritorio, pues recordemos que en ese año no existían las cámaras digitales ni mucho menos los teléfonos celulares, y por fortuna don Plinio tenía en el momento exacto y a la hora exacta su cámara de rollo y pudo obtener esa evidencia.
Tuvieron que transcurrir 22 años para que nuevamente en ese sitio se diera otro avistamiento, aunque ahora no hubo foto o video. Quizás el día menos pensado puedan aparecer de nuevo y ser captados por alguno de estos aparatos.
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